Cuando alguien te da su versión de los hechos es pura verdad, es su verdad, la que esta persona puede entender. No tienes derecho a juzgar su nivel de evolución, ni los frutos de su trabajo porque es suyo.

Concéntrate en tu trabajo, habla de ti si quieres pero sin juzgar a nadie porque de otra forma harás más daño que bien. Si tu prójimo logra salir del hoyo en el que se encontraba, alégrate por él, aunque tú ya no seas parte de esa evolución, aunque las cosas no hayan ido de la forma en que esperabas: alégrate porque ahora por fin tiene la posibilidad de aprender a cultivar su huerta, a cuidar de su casa y a encender el fuego.

Todo lo que vives con las personas que cruzan tu camino es el fruto de decisiones tomadas por ambas partes mucho antes de venir en este mundo. Las almas se reencuentran, caminan por un rato juntas y a veces llega el momento de ir cada uno por su lado para seguir creciendo.

Preocúpate de ti, cuídate a ti, ámate y ama. El amor siempre vuelve multiplicado por mil ¿De qué tienes miedo? ¿De perder a alguien o algo? En la vida no se pierde a nadie, sólo nos perdemos a nosotros mismos a veces. Y nos volvemos a encontrar. Y nos volvemos a perder, pero esto no tiene que hacer tambalear tu fe.

Quédate anclada a la tierra, a tu corazón, a tu casa y tu huerta, todo empieza y acaba aquí. Deja ir lo que ha sido, al fin y al cabo, fue un buen aprendizaje. Mira adelante, extiende tus alas y vuela. No necesitas copilotos, pero si un día apareciera uno recuerda que tendrás que aceptar cada aspecto de esa persona. Cada coma, cada sombra, cada lunar. Justo como tú quieres que se acepten tus quilos de más, tu vitíligo y tus pequeñas y grandes manías.

Este mismo nivel de aceptación lo tienes que dar a tus clientes porque a veces podrán llegar a algunos objetivos, otras no, pero siempre se tratará de su camino ¡no el tuyo! Preocúpate de tu camino. Mira tus pies y dentro de ti. No mires a los demás, se trata de sus elecciones, no de las tuyas. La vida puede ser maravillosa: con algunos cruzamos nuestro camino mil veces, con otros sólo por pocos instantes, pero estate segura de que siempre hay un premio detrás de cada encuentro.

Deja que todo fluya, sorpréndete de lo fantástica que puede ser la vida.

No te agarres, no poseas.

Sé libre, sé feliz.

 

Imagen de portada de Martina García Andreoli

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