No te olvides del amor, porque es el suelo sobre el que se construye todo.
A menudo queda sepultado debajo de edificios enormes: pisos y pisos de cosas inútiles, planes, muros defensivos, infraestructuras faraónicas.
Y sin embargo allí se queda, en el centro del pecho, en la calma de la respiración, en el ritmo pausado del corazón…pum-pum-pum-pum…
No te olvides del amor, porque es el único antídoto contra el miedo, la enfermedad, la desesperación y todos los males que pueden afligirte.
Deja de construir torres, de correr locamente hacia el futuro y “hacer cosas”. Párate allí, donde te encuentras, y respira, escucha tu corazón que late.
Vuelve a tu centro, vuelve a encontrarte a ti mismo, permítete sentirte.
No te olvides del amor porque, cuando por fin se derrumban todas las infraestructuras, desaparecen los planes y la seguridad se va por el retrete, sólo queda él.
Imagen de portada de Fabrice Van Opdenbosch